La vida me va pasando y yo sigo en el mismo sitio de antes, sigo como si mi vida hubiera sido una película de terror, de la que apenas acabo de salir y ya noto cómo me agarran del pie de nuevo. Cada vez estoy más distante de la gente, cada vez me siento más en contraposición con el prójimo, la empatía cognitiva es un problema neuronal, pero la emocional empieza a estorbar, no me sirve para nada, sólo sufro por ser partícipe de situaciones desfavorables de las que no puedo opinar y si lo hago no me toman en serio. Se creen superiores sólo porque tengo la autoestima baja, es curioso lo rodeados de animales que estamos. Somos animales que cuando vemos a uno débil nos ensañamos con ellos para el común disfrute, la desviación de sus propias miserias y su postergación, por un poco más sintiendo que estás encima de alguien, que aún puedes superar lo que sea por el conformismo momentáneo de saborear la caída de otros y poder seguir disfrutando de tu momento de espectador.
Me preocupa ver cómo se aparta a alguien débil; pero al mismo tiempo necesitaba verlo, porque si en algún momento tenía ganas de salir de dónde estoy, estoy ya preparada, más que nunca, por encima del bien y del mal, he tardado pero necesitaba cerciorarme que realmente no existe nadie que merezca la pena.
Hace tiempo creía que le encontraría en forma humana, en concreto de hombre y ese sería mi alma gemela, estábamos hechos el uno para el otro, estaba convencida que le encontraría; ahora; estoy casi segura que no existe, no tengo a nadie a la altura y cargar con pesos hace que el esfuerzo sea tan inútil, como lo que llevo encima. Ya no creo en nadie. El mejor amigo el que sabe que como yo sólo es la cinta de moebius, que mi fidelidad va más allá del amor, que tengo una sensibilidad propia del autismo, dónde un olor me puede hacer sentir lo más frágil, y una caricia lo más especial, esa persona me miente, me engaña, y sabe que no tiene por qué pero es la naturaleza humana, por algo hemos llegado a este punto en la cadena alimenticia, somos humanos, y el daño lo hacemos por placer no por necesidad.
Me he despertado. Los ojos de shinigami han vuelto. Pero ya ni os miro. Ya sé dónde ir y qúe hacer. Y ya no hay quién me pare, en 7 mil millones de personas no existe nadie que pueda hacer que vuelva a creer en mis congéneres.Ni os puedo llamar así ya.
